EL ESTRÉS
Sabemos que las adversidades y los problemas habituales de la vida causan el estrés, pueden ser
muchos los factores que lo causan en nuestra vida cotidiana y con quienes nos relacionamos etc., estando sujetos bajo determinadas circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida, desencadenando graves problemas de salud. Olvidando confiar en Dios y depositarle a Él tus problemas (cargas).
“Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. (Mateo 6:34)
“Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deja servir sola? Dile, pues, que me ayude, respondiendo JESÚS le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estas con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no se le será quitada”.
(La enseñanza es que María sentándose prefirió oír la palabra de JESÚS dedicándole su tiempo)
Y la biblia nos enseña cómo enfrentar estas situaciones tan cruciales
El primer paso es depositar tus cargas (problemas) al SEÑOR JESÚS (Mateo 11:28 al 30). Solo Él puede darte esa verdadera paz emocional y mental, si tú se lo pides no dudando (Santiago 1:6), siendo perseverantes (constantes) en la oración, porque la perseverancia y la paciencia tienen una oportunidad para desarrollarse y dejarlas crecer hasta su plenitud.
Santiago 1:4 “Mas tenga la paciencia tu obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.
Filipenses 4:6 " Para nada estéis afanoso, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4:6 " Para nada estéis afanoso, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
(Isaías 41:10)“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Juan 14:1 (Jesús dijo) “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios creed también en mí”.
Cuando le permitas al SEÑOR JESÚS llevar tus cargas y enseñarte con su dulce y suave ESPÍRITU; solo es que tú se lo permitas, descubrirás que “el estrés” se habrá esfumado y sentirás paz y alivio en tu alma. La humildad y la mansedumbre que encontrarás en JESUCRISTO contrarrestan el orgullo y la irritabilidad que alimentan gran parte de los conflictos de esta humanidad y el estrés de la vida.
LAS PROMESAS DEL SEÑOR JESÚS:
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
(Juan 16:33)
LOS HIJOS DE DIOS NO TENEMOS ESTRÉS, TENEMOS PAZ, PORQUE NOS LA HA DEJADO JESUCRISTO
"EL PRÍNCIPE DE PAZ"
"EL PRÍNCIPE DE PAZ"
Dios te bendiga abundantemente!