La religión, tanto del antiguo como el Nuevo Testamento, no se nos presenta como una religión obsesionada por la sexualidad humana.
La sexualidad es una realidad buena creada por Dios. el encuentro sexual hace del hombre y de la mujer ´´ una sola cerna´´, es decir dos seres complementarios en íntimos encuentros y unidad, creados ´´ a imagen y semejanza de Dios´´.
La sexualidad es el amor entre el hombre y la mujer. Este amor fecundado, y la sexualidad esta llamada a manifestar esta fecundidad en la procreación. la grandeza de este amor queda reflejada en la Biblia en su modelo arquetipos: el amor entre Dios y su pueblo, en el antiguo testamento: y la entrega de Cristo a su iglesia, en el nuevo testamento.
La sexualidad, como las demás realidades de la vida humana, necesita de una luz que la redima de sus tendencias egoístas. Esta luz la constituye el amor proclamado y anunciado por Jesús, hechos de entrega y servicio al otro.
Para Jesús, el matrimonio debe reflejar ese idear de amor que existía ´´ desde el principio´´ y que nos relata el libro de Génesis. La semejanza de Jesús se coloca en la linea de querer llevar a la realización plena la realidad del amor tal como esta dado por el creador. así pues, la sexualidad queda enmarcada dentro del matrimonio y este debe perseguir el idear de relación que nos presenta el relato de la creación. Esta es la razón por la que Jesús se opone al divorcio.