
El Salmo 63 es uno de los más poéticos y bellos. Canta la intimidad con Dios en un tuteo conmovedor: tú eres mi Dios, a tí te anhelo, tu amo vale más que la vida, a la sombra de tus alas grito alegre. Igual que el salmista, prueba la ternura de Dios que nos da seguridad y energía; verás cómo ambas crecen al estrechar tu relación con él y desearlo más. Reflexiona un poco sobre tus deseos de intimidad con Dios. Escribe cuándo: te has sentido como tierra sedienta, reseca, sin agua, has pensado que el amor de Dios vale más que la vida, piensas en él al acostarte y durante la noche meditas, te alegras a la sombra de sus alas mientras tu alma estrecha a Dios con un fuerte abrazo. Como signo de tu relación con Dios, da un fuerte abrazo a las personas con quienes convives. Que a través de tu cariño, experimenten el amor de Dios.